El viernes, en Cava Flamenco Restaurant de la Calle Ocho había una juerga a todo tren. Como siempre, era un espectáculo de flamenco, pero esta vez con una figura joven y sensual de España, que adoptó como nombre el símbolo de su ascendencia, Curro, y por apellido, el de su afamada madre, Candela.
“Tengo la suerte y el orgullo de venir de una gran artista, una gran figura, me he criado allí entre los camerinos del Corral”, cuenta Curro de Candela . “Le debo todo, cada día deseo parecerme un poquito más a mi madre con todo el corazón en la mano”.
De temperamento y voz ardiente, Candela, cantaora de notable trayectoria en El Corral de la Morería, de Madrid, donde se codeó con Antonio Gades, Isabel Pantoja, Antonio y Rocío Jurado, entre otros, vino a acompañarlo a la Cueva del Flamenco y, de paso, a cantarle.
La devoción entre los dos fue muy patente en el escenario el viernes. “El flamenco se bebía en mi casa desde pequeño”, sigue contando Curro, “pero a nivel profesional, fue el tío de Joaquín Cortés, Cristóbal Reyes, el que me enseñó, y el mismo Joaquín, ellos fueron mis mentores, creyeron mucho en mí”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario