martes, 11 de septiembre de 2012

The Stone Roses entran en el Guinness

The Stone Roses se convierten en un grupo record y pasan a formar parte de la última edición del Guinness World Records. Lo hacen como la banda que más rápidamente han agotado las entradas para sus conciertos, con 220.000 tickets despachados en 68 minutos para sus tres conciertos de reunión, los shows que tuvieron lugar en Heaton Park los pasados meses de junio y julio. 

No son los únicos que se incorporan a la lista Guinness. Adele por ejemplo lo ha hecho nada más y nada menos que en siete categorías. "21" es el álbum más vendido de la historia en formato digital, tanto en Reino Unido como en EE UU. También es la primera artista británica y la primera artista femenina, y la artista que más rápidamente ha alcanzado el millón de copias digitales. 

La nueva edición del Guinness World Records se publica esta semana, concretamente el 13 de septiembre.

Vía: www.mondosonoro.com

Los logos del rock. No ha sido fácil, pero diseñadores, músicos, popes de la publicidad y de la industria discográfica, y hasta políticos, se han mojado para elegir el mejor logo del rock. El de los Rolling Stones, tal vez el más conocido del mundo, se ha llevado casi todos los votos (y aquí arriba lo puedes ver en la reinterpretación de Shepard Fairey, autor del famoso cartel Hope de Obama, para el 50 aniversario del grupo). Pero no nos hemos quedado en una gran encuesta, además, hemos ofrecido los cinco símbolos finalistas a cinco grandes artistas contemporáneos para que reinterpreten su favorito. El resultado es de museo y para empapelar paredes. 

Los Chemical Brothers de Breaking Bad. Su propio creador, Vince Gilligan, dice no entender cómo una cadena se arriesgó a producir una serie como Breaking bad, en la que un anodino profesor de química, Walter White (Bryan Cranston), y un fracasado escolar, Jesse Pinkman (Aaron Paul), se convierten en narcos. La respuesta a este y otros enigmas, en este reportaje exclusivo.

Las 20 Claves del nuevo curso.
  1. The Killers, que publican álbum y vienen al Dcode.
  2. Animal Collective recuperan sus raíces.
  3. Grizzly Bear: Hacia lo salvaje.
  4. Toy: Posible revelación del año.
  5. The XX: La alegría de la música triste.
  6. Beck remezcla a Philip Glass.
  7. Pete Townshend lo cuenta todo.
  8. Es la hora de saber quién es Sixto Rodríguez.
  9. Mumford & Sons: el momento de la reválida.
  10. El hip-hop teen de Kitty Pryde.
  11. Waging heavy peace: Las memorias de Neil Young que no lo son.
  12. Grateful Dead abren el baúl de sus directos para una gran caja.
  13. Fleetwood Mac ahora sí molan.
  14. Cat Power regresa tras seis años y un corazón roto.
  15. Two Door Cinema Club, la perfección del pop bailable.
  16. Green Day: Locura por triplicado.
  17. Jack White nos visita en directo.
  18. Spector: El pop inglés viste de traje.
  19. Band of Horses superan el bloqueo. 
  20. Los secretos del nuevo disco de Bob Dylan.

vía: Rolling stone.es

Oliver Knussen

Aunque es exacto contemporáneo de James Dillon, Oliver Knussen, que llega a Alicante en septiembre para dirigir un concierto en el seno del Festival de Música, pertenece, por la estética que predica, a la generación que nace en Gran Bretaña a inicios de los años 60, atenta en algunos casos a la tarea de dirección de orquesta tanto como a la de compositor (se piensa en George Benjamin). En estos autores, entre los cuales hay que citar a Turnage o Adès, se siente un gusto por las sonoridades hedonistas que era impensable en los compositores que les precedieran en el Reino Unido. La generación de los músicos que estrenan sus obras de talante vanguardista en los años 70, la formada por Ferneyhough, primero, y luego por los experimentalistas en torno a Cardew, para acabar en la síntesis que supone el estilo de Dillon en el fin de siglo, no halla continuidad en la obra que conforma un autor como Oliver Knussen, más preocupado por lo sensorial y la plasticidad en la obra moderna que por conquistar nuevos territorios sonoros. Knussen nace en 1952 y desde sus comienzos como compositor se percibe en él una mezcla muy diversa de influencias, demostradora de que el nuevo estilo habría de distinguirse por el eclecticismo. Las primeras piezas de Knussen tanto integran elementos tomados del jazz (Concerto for orchestra) y derivados de la herencia mahleriana (Sinfonía nº 2) como del expresionismo, y en este punto, la pervivencia en Knussen de los lieder de Berg o de las piezas dramáticas del primer Schoenberg (Pierrot lunaire, Erwartung) es casi absoluta: Ophelia, la Cantata de 1977. La tendencia expresionista se cierra en Knussen con la Sinfonía nº 3, de 1973, en la que integra elementos poco convencionales, que son los que van a definir su estilo a partir de los años 80, en donde su paleta se abre a timbres más preciosistas. Justamente al iniciarse la década de los años 80, Knussen encara la labor musical desde la triple vertiente de organizador de festivales de música moderna, director de orquesta y compositor. Como gestor cultural, tiene una notable participación en festivales como Aldeburgh y Tanglewood, donde se encarga de las secciones de música contemporánea, para, posteriormente, formar sus propios grupos de nueva música, entre los cuales figuran la London Sinfonietta, que es el más celebrado, y el Birmingham Contemporary Music Group, de una notable influencia en la música actual en Gran Bretaña. Precisamente por su labor de director es como Knussen ha conseguido traspasar la barrera que normalmente separa al compositor moderno del gran público. Su tarea ha sido reconocida en proyectos discográficos de alto nivel, como el ciclo de música contemporánea 20/21 que lanzara el sello Deutsche Grammophon. Ahí deja Knussen, especialmente, dos grabaciones para la historia: un monográfico dedicado a Magnus Lindberg (Aura, Engine) y un disco consagrado a la pieza orquestal de Carter Symphonia: sum fluxae pretium spei. En esta misma serie fonográfica, Knussen aporta la que es su obra más difundida, la ópera de cámara con libreto de Maurice Sendak, Where the wild things are, que parece un trasunto deL’enfant et les sortilèges, de Ravel. Ésta, y la otra pieza dramática, Higglety pigglety pop! or there must be more to life, resumen el estilo de Knussen, su facilidad para combinar materiales de distinta procedencia, pero siempre con la vista puesta en llegar a una amplia audiencia, por la finura y sutilidad de la orquestación, como muestran elHorn Concerto y la Symphony in one movement, sus dos mayores logros instrumentales en los años 90. Llama la atención que esas dos aportaciones a la ópera antes apuntadas sean trabajos pensados para niños, un campo en el que Knussen daría lo mejor de sí mismo, pero que es igualmente un ámbito estético poco transitado en la modernidad, lo que viene a reforzar el lado ecléctico del músico, aunque también su gusto por la fantasía sonora.

via: scherzo.es

Un bolero en el metro


Cuenta la leyenda que cuando el 11 de enero de 1930 Ravel estrenó en París su 'Bolero', una mujer gritó al acabar la pieza: «¡Este hombre está loco!». A lo que el compositor respondió: «Es la única persona que lo ha entendido». No sabemos qué pensarían aquella señora y el compositor vasco-francés si hubiesen viajado el pasado viernes a media mañana en el metro al ver y oír a ocho músicos de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) tocando fragmentos de esa obra, una de las partituras más célebres de todos los tiempos. Por primera vez, unos instrumentistas profesionales del ámbito de la clásica interpretaban una pieza en el suburbano bilbaíno. Y por primera vez también una orquesta española aborda un 'flashmob' de estas características y dificultad técnica.
La historia es simple: seis músicos de la orquesta se suben al metro en la estación de Etxebarri. En Casco Viejo se incorporan otros dos. Y como van al ensayo del 'Bolero', se ponen a tocar en el tren, para ir preparando la obra. Luego, se incorporan a la orquesta, ya en el Palacio Euskalduna, para interpretar la partitura completa. Eso recoge el vídeo que está colocado ya en elcorreo.com. Nada de lo que se cuenta es ficción, porque los músicos han tocado en el metro. Y les gustó tanto, a ellos y a los viajeros, que lo repitieron tres veces a lo largo de la mañana. En dos viajes entre Casco Viejo y San Mamés, sonó el 'Bolero' para los ocupantes del primer coche de una unidad del metro. En un tercero, los viajeros pidieron que la música continuara y los instrumentistas repitieron el fragmento prolongando el viaje hasta Sarriko.
La idea nació en EL CORREO, que la planteó a la BOS y al Metro y ambas entidades aceptaron encantadas. Se trataba de llevar la música en vivo a un coche del suburbano; de hacer partícipes a los viajeros de la experiencia de escuchar un fragmento de una obra tan atractiva como ésta. Algo que debía servir para difundir al mundo la imagen de la BOS, la música vasca y al propio Metro Bilbao como escenario de modernidad.
Vía: elcorreo.com

El Festival de Música de Alicante lucha por mantener el nivel pese al recorte del 17%



  • En el festival se dará cabida a distintas generaciones de compositores
  • Alicante acogerá 11 conciertos con 61 obras compuestas por 51 autores
  • De estas piezas, 16 serán estrenos absolutos y 20 estrenos en España. 
  • El Festival de Música de Alicante celebra este mes de septiembre su XXVIII con una amplia    oferta que incluirá 61 obras compuestas, de las cuales 16 serán estrenos absolutos y 20 estrenos en España, según ha explicado el subdirector general de Música y Danza del INAEM ,Antonio Garde, quien ha destacado   el esfuerzo realizado    para   ofrecer la mejor programación pese   a que el presupuesto del certamen ha caído un 17% este año.En la presentación del Festival este lunes en Alicante,  que ha  contado  con la participación  del  coordinador general del evento, Francisco Cánovas, así como del edil y  del  diputado   provincial de  Cultura, Miguel Valor y Juan Bautista Roselló, Antonio Garde ha   mostrado su  satisfacción por la calidad   de las propuestas y  por el número de actividades."Este año el presupuesto es de 485.000 euros, un 17% menos respecto al de 2011, pero la calidad y número de obras no se ha visto afectado por este recorte". Así, del 21 al 29    de  septiembre, Alicante    acogerá 11   conciertos; 61   obras musicales compuestas por 51 autores diferentes, de las cuales 16 serán estrenos absolutos -cinco de ellas por encargo del propio festival- y 20 estrenos en España.Antonio Garde ha destacado que "un festival de esta envergadura sólo es posible gracias  a la suma de    esfuerzos de   las instituciones", entre ellas la Generalitat, la Diputación y el Ayuntamiento de Alicante, y ha subrayado  que "gracias a esta complicidad que ya se extiende en el tiempo, Alicante ha llegado a ser sinónimo de creación de música contemporánea".