lunes, 8 de octubre de 2012


Lo que cabía esperar

Jennifer López pone a bailar a un entregado Palacio de Deportes que rozó el lleno para ofrecer mucho bailoteo y música poco relevante



“Hay que comer de todo, en música también”

El veterano compositor recibe un homenaje de la Sociedad de Autores




La velocidad como arma

The Vaccines, un grupo británico de pop guitarrero, se salta las reglas del negocio. Con dos discos en año y medio, han llegado al número uno en su país



Durmiendo con los Beatles

Carteles, fotografías y documentos convierten en santuario la ‘suite’ del hotel que los músicos ocuparon en Barcelona en 1965



El cantante inglés Mika lanza su tercer disco con un estilo renovado, tras vender más de ocho millones de copias de sus dos álbumes anteriores



La diva no tiene peligro

Lady Gaga ofreció en Barcelona su único concierto en España, que resultó algo irregular, entrecortado y escasamente imaginativo



Pablo Milanés: “Cuba cambia, pero lo hace lentamente”

El músico presenta su nuevo disco con el título provisional 'Renacimiento'. Un trabajo en el que reflexiona sobre la cotidianidad cubana






Genetista busca músicos costarricenses con ‘superoído’


Viven entre nosotros, pero son pocos. Se dice que hay apenas uno por cada 10.000.Se trata de personas que tienen un “superpoder”. Ellos no solo son capaces de oír la música, sino que pueden saber, en segundos y sin ayuda de ninguna otra referencia externa, cuáles son exactamente las notas musicales que están sonando.
Además, algunos hasta las pueden repetir, cantándolas.
Su don se llama oído absoluto u oído perfecto, que en inglés se conoce como perfect pitch.
Los músicos con oído absoluto incluso pueden llegar a componer sin instrumento, sobre un escritorio, porque los sonidos y las voces están en su cabeza y de ahí fluyen hacia los pentagramas.
Se presume que Bach, Paganini, Mozart, Tchaikovski, Beethoven y hasta Saint-Saëns lo poseían y que allí radica gran parte de su genialidad. Pero hay más, quienes poseen oído absoluto son capaces de identificar a qué nota corresponden los ruidos, es decir, pueden decir con total precisión si la sirena de una ambulancia suena en nota la, el timbre de la casa en nota mi y el sonido de una gotera en si.

Músico de alquiler o ‘guitar hero’


Se están muriendo los artífices del sonido de los sesenta y ni siquiera nos enteramos. El pasado martes, con 71 años, fallecía Big Jim Sullivan. ¿Quién? Apostaría que suena su guitarra en cualquier colección medianamente amplia, aunque no aparezca en los créditos. Inconvenientes de ser músico de estudio: hasta le confundieron con Jimmy Page o George Harrison.
La historia de la música popular se narra a partir de los personajes en las portadas; solo en algunas variedades del pop se aplica el equivalente a la cinematográfica politique des auteurs y se valora a los productores. Entre una y otra perspectiva, queda poco hueco para los músicos de sesión o los arregladores, esenciales para la definición final del disco.
Alardeaba Big Jim Sullivan de haber participado en un millar de éxitos, incluyendo 55 números uno en las listas británicas. Las cifras parecen disparatadas, pero un instrumentista de primera línea, como Sullivan, podía atender tres sesiones al día. Y este hombre se dedicó a tan lucrativa ocupación a lo largo de los años sesenta y durante parte de los setenta.