Una prometedora orquesta integrada por jóvenes músicos de Asturias y Cantabria ofreció ayer, en la Casa de Cultura de Mieres, un concierto que tardará en olvidarse. El público que llenó el auditorio «Teodoro Cuesta» respondió con entusiasmo y arropó con incesantes aplausos al conjunto dirigido por el gijonés Hugo Carrio, que trabaja en el Sistema Orquestal de Venezuela. Más de veinte minutos de ovaciones recibieron los integrantes del «Encuentro sinfónico de la juventud astur-cántabra».
El concierto comenzó con unos minutos de retraso, sobre las doce y cuarto del mediodía. La espera mereció la pena. La Joven Orquesta Autónoma de Cantabria, apoyada por músicos jóvenes asturianos, logró crear un ambiente casi mágico en el auditorio mierense. Interpretaron piezas muy conocidas por el público, como la obertura «Las Hébridas», de Mendelssohn, la obertura «Romeo y Julieta», de Tchaikovsky, y, también, la «Sinfonía número 7», de Beethoven. Además, ofrecieron al público el «Danzón número 2», de A. Márquez, por expreso deseo del director de difundir la música latinoamericana. De esta forma repitieron el éxito que la orquesta ya había cosechado el día anterior, el sábado, en Pola de Siero.
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