sábado, 8 de diciembre de 2012

La sonata del becario


En la profesión del músico el concepto de becario aparece bien pronto. Desde que se empieza a estudiar ya comienzan los conciertos ocasionales, los bolos sin cobrar, las bodas… Los Teatros del Canal han querido rendirles homenaje con el concierto Becarios en escena, en el que un oboísta, una pianista y un grupo de percusión se suben a las tablas para dar lo mejor de sí. Tocarán obras de Saint-Saëns, Ponchielli o Koppel.
 “Es muy difícil conseguir un trabajo estable dentro de la música, vas consiguiendo trabajillos... Ahora en Navidad voy a tener conciertos con tres orquestas, en las que se cobra poco, pero se cobra”, explica el oboísta de 26 años Juan Pedro Martínez. Natural de Campo de Criptana (Ciudad Real), es uno de los becados por Ibercaja para profundizar sus estudios —con el dinero de la beca se compró un corno inglés—. Está estudiando en Friburgo, tras haber pasado por Madrid, San Sebastián, Zaragoza y La Haya, pero tiene un recuerdo especial de los comienzos en su pueblo. “Cuando tenía cuatro años mi madre vio en el mercadillo unos pantalones azules de vestir muy baratos. Me quedaban muy grandes, pero me dijo que me los compraba para cuando tocara en la banda del pueblo”, recuerda. Y en ella acabó.
Luego vinieron las orquestas y la música de cámara, empezar Magisterio y abandonarlo por la música. Y seguir dando conciertos con el oboe, ese instrumento “con un sonido brillante”.
A su lado en este concierto se sienta la pianista Alina Artemyeva, profesora de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid con solo 26 años. Su camino hasta este concierto ha sido largo: llegó a la capital hace 10 años desde Ucrania para estudiar en el centro de excelencia, y luego se quedó como pianista acompañante apoyando en la cátedra de oboe. “Acabo de cumplir 20 años tocando el piano. Como en el ballet y en el deporte, en la música sacrificas mucho. No es una profesión, es una vocación, porque has de consagrar tu vida a ella”, comenta. Martínez también ha sacrificado parte de su juventud: “Cuando tenía 16 años mis amigos se iban a jugar al fútbol y yo tenía que estudiar. Cuando se compraron una moto, yo lo que tenía era un oboe carísimo”.
Martínez pasó por la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (Jorcam) y, como a sus compañeros percusionistas que tocan en la segunda parte del programa, sabe que formar parte de una orquesta joven significa renunciar a cobrar por invertir en experiencia y formación. “Todo es por lograr experiencia. Lo importante es disfrutar con lo que haces", lo respalda Artemyeva. Como disfrutan con la Sonata para oboe y piano de Saint-Saëns que tocarán mañana, un arrebato de delicadeza romántica y virtuosismo controlado. Ambos consideran que son afortunados. Como dice la pianista: “El músico de verdad siempre tiene que pasar hambre”.

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