La solidaridad de la que hicieron gala los cordobeses ayer, en el festival flamenco para recaudar alimentos y fondos para el comedor San Juan Bautista de los Trinitarios, no se puede medir por los cientos de asistentes, la calidad y el corazón que pusieron las dos docenas de artistas, el entusiasmo de Rafael Lora como maestro de ceremonias, el ballet de Lina Vera ni por la furgoneta que pudieron llenar con latas de atún, embutidos y otros alimentos destinados sobre todo a los bocadillos para los usuarios del comedor. Quizás la mejor medida de la solidaridad era ver ayer la cara de cansancio y satisfacción que tenían los 60 padres y madres voluntarios, como la de Antonio Arenas, que no dejaba de agradecer el apoyo encontrado. En términos semejantes se expresaba el padre Manuel Sendín, que explicaba cómo a veces hay que hacer dos turnos de comida porque el comedor, de unas 40 plazas, tiene que atender ya a más de 90. "Si no fuera porque tenemos un voluntariado genial y por la generosidad del pueblo de Córdoba..." decía sin terminar la frase.
Y entre las anécdotas, la hucha que dio un señor mayor con ahorrillos de toda la vida en la que se hallaron euros y... ¡6.454 pesetas en monedas! Los voluntarios ni se lo creían. El benefactor donó auténticos pedacitos de corazón guardados poco a poco durante dos décadas.
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