Los raperos

Con estas credenciales se antoja divertido imaginar el último año de convivencia de dos de los MC más importantes de la escena española, que ya unieron esfuerzos en Tu madre es una foca (2002), aunque en este nuevo trabajo se recoge lo cosechado en los años más
recientes. Toteking no rimaba desde hace dos cuando entregó El lado oscuro de Gandhi. Shotta clausuraba la gira de Profundo, al alimón con el productor catalán Griffi. Uno harto de su eco, el otro dispuesto a todo lo que le propusiera su compadre, terminaron en el estudio del primero -en su propia casa-, grabando un disco que invade tantos géneros musicales como pistas tiene el álbum. "En este disco hemos tirado de diferentes productores", cuenta Shotta, también por teléfono. "Trabajamos así, no nos rallamos pensando en estilos, nos gusta que la música sea libre, tampoco nos vamos a meter a hacer reguetón ahora. De hecho creo que este disco es muy rapero, muy crudo tanto en sonido como en las letras, casi diría underground", termina de explicar el hermano pequeño.
No suena a reguetón, pero se cuelan ritmos latinos en Gordos, producido por sus colegas valencianos Heavy Roots. Los violines clásicos del padre de los raperos, Frank T, serpentean vacilantes -con cierto regusto noventero a su éxito La gran obra maestra- en Sanse -"es un tempo muy distinto", apunta Shotta-. El productor Baghira se ha hecho hasta cinco bases instrumentales. Además, han contado con la ayuda de los beats estadounidenses de Nottz, Phoenix e iLLmind. "El trabajo se dividía en dos: la parte hecha con más cariño con los productores amigos y luego el curro con los americanos que básicamente se reduce a 'cuánto cuesta, toma el dinero, gracias por las instrumentales", relata Tote.
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