miércoles, 14 de noviembre de 2012

Pink Floyd y Queen recibieron un homenaje sinfónico


El rock y la música clásica se encontraron en la batuta del director Alfredo Rugeles, en un concierto que convirtió en verdades dos reflexiones: una, que el rock llegó a la estatura de cualquiera de las bellas artes; y la otra, que los integrantes de El Sistema pueden interpretar con maestría lo que se les venga en gana.
Queen + Pink Floyd “El Tributo” reunió el sábado en la noche a 120 artistas en el Centro de Acción Social por la Música para recordar grandes momentos de la música popular contemporánea. La Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, la Orquesta de Rock Sinfónico Simón Bolívar, el Coro Juvenil y los Niños Cantores de Venezuela hicieron bellos homenajes a las bandas británicas que marcaron la historia del rock, a través de temas como “Shine on you crazy diamond”, “Money” y “Wish you were here”, de Pink Floyd, y de Queen célebres piezas como “Don’t stop me now”, “Innuendo” y “Love of my life”, esta última con un gran arreglo de Jorge Rojas.
En varios momentos la engría del público llegó a la euforia, como durante la puesta en escena de “Somebody to love”. La canción de Queen editada en 1974 cobró nuevo significado con el arreglo de Hurtado y las límpidas voces de los coros. La voz de la solista Greycer Hernández llegó a tal extremo de belleza que el mismo Rugeles se volteó para aplaudirla.
“Another brick in the wall (Part two)”, de la ópera rock de Pink Floyd titulada The wall, sonó como si se hubiera anotado una línea crucial en la historia de la música porque todos sus intérpretes, desde los músicos hasta el solista Nelson Requena, pasando por el director y los coros se la estaban pasando muy bien. En la celebérrima “We are the Champions” de Queen brilló por los arreglos de Diego Camus desde su hermosa introducción musical y, también, por la fuerza de la voz de Yelitzaveta Yevtushenko.
Las canciones con las que se hicieron mejores tributos a Queen, sin embargo, fueron “Barcelona”, con arreglo de Jorge Rojas, y “Bohemiam Raposody”. En la primera, Nelson Requena y Ninoska Camacaro parodiaron a Freddy Mercury y a la soprano catalana Montserrat Caballé cuando cantaron la canción que sirvió de himno para las olimpiadas de 1992. La otra fue la canción con la que terminó el programa, con arreglo de David Pedroza que hizo brillar (y a veces bailar) a los músicos y a la solista Shankara Salazar.

No hay comentarios: