Francesco Tristano (Luxemburgo, 1981) es un artista de difícil clasificación. Hay quien le ha puesto la etiqueta de pianista tecno, «eso suena divertido», mientras otros le consideran un pianista clásico. Él por su parte rehuye de cualquier definición e invita a ir a sus conciertos para «descucharme», conciertos como el que ofreció este viernes inaugurando el espacio Yellow Lounge en la Nave de la Música del Matadero, donde se combinó la electrónica con la música de Buxtehude y Bach, un compositor del que asegura «siempre ha sido mi pan de cada día desde niño Amo la música barroca».
Antes de cumplir los veinte años, Tristano grabó las «Variaciones Goldberg» y su debut en el sello DG confrontó a Bach con John Cage. Ahora, ha dado un paso atrás y le ha reunido con Buxtehude en su último disco «Long Walk», en el que hace referencia al viaje que realizó Bach a Lübeck. Aquella visita marcaría de manera importante al creador de las «Variaciones Goldberg», partitura en la que se aprecían referencias a «La Capricciosa» de Buxtehude. «Es un homenaje clarísimo por parte de Bach. Y de hecho, en la última Variación le cita directamente».
Bach, un pionero de la tecnología
Tristano, un artista al que le gusta asomarse a nuevas formas sonoras a través de las tecnologías, subraya la modernidad de un compositor como Bach. «Lo asimilamos mucho con la tradición, sobre todo a la hora de mantener las estructuras, sin embargo fue un pionero de la tecnología y un hombre de su tiempo. Fue un campeón de la afinación, y estaba muy interesado en la fabricación y reparación de órganos. Existe cierto paralelismo con lo que sucede estos días -insiste-. En mi caso toco el piano, e intento ofrecer más facetas de su sonido con electrónica o sintetizadores. De hecho, el piano que elegimos para esta grabación es una joya tecnológica».
No hay comentarios:
Publicar un comentario