jueves, 18 de octubre de 2012

Nueva topografía del flamenco El libro ‘Laocoonte salvaje’ reúne 200 imágenes de jondura posmoderna del fotógrafo Jorge Ribalta


Barcelona, Madrid, Granada, Jerez, Sevilla, Puebla de Cazalla, Lebrija, Utrera, Morón, Málaga, La Unión… Lugares del flamenco, donde el arte flamenco contemporáneo respira y trabaja. Jorge Ribalta los ha visitado, pero se diría que no ha querido vivirlos: los fotografía y enseña desnudos, como si fueran un desierto, no-lugares: sitios sin alma ni gente, sin subrayados raciales o étnicos, planos gélidos, en una especie de trabajo “a la checa”, que da la vuelta “desde el materialismo histórico”, dice el fotógrafo, “a la vieja imagen iconográfica romántica y primitivista del flamenco que fotografió Colita en los sesenta y setenta”.
Las 200 imágenes forman una nueva topografía del flamenco. Sin ambiente, palmas, gestos, poses, fuego, y apenas con algunos artistas profesionales, Ribalta retrata el no-rito de la precaria industria flamenca: festivales antes de empezar, bares vacíos, tablaos cerrados, guitarrerías desde fuera, la librería del Prado en Madrid; algunos locales de ensayo con y sin aprendices; calles y plazas donde todo sucede a otra hora; peñas y sótanos periféricos, el cementerio de San Fernando donde está enterrado Camarón; además de bodegas, radios, teatros, iglesias, la pescadería jerezana de Los Zambos o el estudio de Israel Galván en Sevilla, donde el bailaor parece un atleta o quizá un muñeco parte del decorado.

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